El enfoque contextual ha supuesto un cambio grande a la hora de entender los problemas de los niños y adolescentes. Estrategias que se utilizaban hasta el momento se continúan utilizando pero se les ha buscado un sentido. Muchos habréis oido hablar del castigo, del tiempo fuera o del refuerzo; pero la investigación parece señalar que si esas estrategias no se enmarcan dentro de algo más grande, cómo es cultivar una buena relación entre padres e hijos, no tendrán el efecto pretendido o con el tiempo dejaran de funcionar. Lógicamente, esto ha hecho más laborioso el tratamiento, pero más productivo, yendo a la raíz del problema (niños desafiantes, TDAH…), pudiendo así trabajar con problemas complejos.
De nuevo, al igual que en adultos, parece que tenemos más claro las reglas de la conducta presentes en las relaciones padres-hijos.
Además de esto, en los niños y adolescentes también se presentan problemas similares a los de los adultos, como la ansiedad, la depresión, la agresividad o la perdida de sentido de la vida, que se abordarían de la manera similar, pero con una ventaja: estaríamos consiguiendo atajar el problema antes de que sea cronificado si se trata de otra manera.
Con niños y adolescentes nos planteamos preguntas como las siguientes:
¿Notas que la relación con tus hijos se deteriora?
¿Hay momentos dónde dominan tus emociones y te encuentras haciendo algo que después te hace sentir mal?
¿Tus hijos han aprendido que la forma de solucionar sus problemas es gritar, agredir o esconderse?
¿Observas que la vida de tu hijo está dominada por el miedo o la tristeza?
¿Estás observando que tu hijo tiene problemas para relacionarse y tiende a aislarse?
Sin olvidarnos responder a esas preguntas, presento una relación de diagnósticos habituales hoy día con los que trabajo:
- Ansiedad, miedos, fobias,
- Depresión
- Obsesiones
- TDAH
- Problemas atencionales
- Desobendiencia, rabietas, conductas desafiantes.
- Problemas de Sueño, enuresis, encopresis.
- Conductas adictivas (sustancias, alcohol, redes sociales…)
- Impulsividad, conductas desafiantes, agresividad…
- Problemas de identidad.
- Trastornos de la personalidad (Límite, dependiente…)
- Trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia, atracones)
- Trastornos psicóticos.
- Terapia Familiar.